"La gente me ha preguntado a veces por qué elegí ser bailarina. Yo no lo elegí. Fuí elegida para ser bailarina y eso es algo que no puedes eludir. Cuando algún joven estudiante me pregunta si creo que debe ser bailarín, siempre le contesto:"Si tienes que pregunarlo, la respuesta es no". Solamente cuando existe una forma de hacer que tu vida y la de los demás sea más intensa, deberá emprenderse esta carrera. Y entonces concocerás los prodigios del cuerpo humano, pués no hay nada más prodigioso. cuando vuelvas a mirarte al espejo, fífate bien en el ángulo de las orejas, en la cabeza; observa la forma del nacimiento del pelo; piensa en todos los huesitos de tu muñeca. Es un milagro. Y la danza es la celebración de ese milagro."
En una aldea de la Renania medieval, Hilarion, guarda de caza, ama a Giselle y tiembla de celos por Loys, bajo cuyos mentidos andrajos de pueblerino se encuentra el duque Albrecht. Aparece éste para encontrarse con Giselle tras haber ocultado su espada en el bosque y alejado a su escudero. La joven sale de casa y acepta el tierno galanteo de Loys, que jura amarla para confortarla de la negativa de una margarita que ella había deshojado. Hilarion declara más tarde su amor a Giselle, pero ella lo rechaza y éste jura venganza.
Dan comienzo las fiestas campesinas de la vendimia, a las que Giselle se une con entusiasmo no sin el temor de su madre, pues desde niña había tenido una salud muy débil. Mientras esta danza tiene lugar, su madre cuenta cómo jóvenes muertas durante aquellas danzas se convierten en Willis, blancos fantasmas que vagan por los bosques al claro de la luna. Se interrumpen las fiestas para acoger al príncipe de Curlandia y a su hija Bathilde, que llegan de regreso de una cacería con su séquito. Giselle danza para la princesa, que le da un collar y vuelve a partir con los suyos, reanudándose la fiesta campesina. Al llegar Albrecht, Hilarion lo desenmascara mostrando la espada que ha encontrado escondida en el bosque, y llama de nuevo con el sonido del cuerno a los nobles cazadores y a la princesa Bathilde, prometida de Albrecht. Éste, con fingida desenvoltura y justificándose como simple deseoso de distracción entre las danzas campesinas, toma a Bathilde del brazo y se la lleva, sin cuidarse de Giselle. Giselle, al comprender el engaño, cae en la locura y delira inciando pasos de danza entre los consternados presentes, para finalmente atravesarse con la espada y morir en brazos de su madre ante un Albrecht atónito y desesperado.
SEGUNDO ACTO
A medianoche, en los proximidades de la tumba de Giselle, se entrevé a Hilarion que pasa entre los árboles que lo rodean. Aparece entonces Myrtha, reina de las Willis, quien evoca a su corte de fantasmas femeninos para recoger, danzando, a su nueva compañera, Giselle, que tras inclinarse ante la reina, se une a la espectral danza que mantienen sus compañeras. Se oyen unos pasos y las Willis se desvanecen: es Albrecht, que viene a esparcir lirios sobre la tumba de la muchacha demasiado tarde amada. Después de un momento, se le aparece la imagen de Giselle, y él, alucinando, la sigue por entre los árboles. Entra Hilarion y es rodeado inmediatamente por las Willis, que lo impelen hasta la muerte tras una danza loca. Al retorno de Albrecht, Myrtha lo condena a sufrir la misma suerte que habían sufrido todos aquellos que caen bajo el poder de las Willis, pero Giselle lo protege junto a la cruz implorando en vano a la gélida reina. Condenado a bailar hasta el extremo, Giselle lo sostiene con amor desesperado hasta que las primeras luces del alba imponen la retirada de los espectros. Giselle sigue, al fin, a sus compañeras hacia el reino de las sombras, tras haber encaminado a su amado hacia la luz y la vida.
PRINCIPALES VERSIONES COREOGRÁFICAS
1841 : Paris (Carlotta Grisi, Lucien Petipa y Adèle Dumilâtre)
1884 : San Petersburgo (Jules Perrot y Marius Petipa
1910 : Paris (Michel Fokine para los Ballets russes de Serge Diaghilev)
La danza, el primer impulso de comunicar, de expresar, existe mucho antes del lenguaje hablado; relaciona al ser humano con la naturaleza en donde animales, mamíferos, aves, insectos, peces... danzan con finalidades específicas de cortejo, de señalización de peligros, de ubicación de alimento, de luchas territoriales... y danzan con coreografías y códigos transmitidos por generaciones. La danza son movimientos corporales rítmicos que siguen un patrón, acompañados generalmente de música y que sirven como forma de comunicación o expresión. Todo ser humano tiene la cualidad de expresarse a través del movimiento. La danza es la transformación de funciones normales y expresiones comunes en movimientos fuera de lo habitual para propósitos extraordinarios, por ejemplo, una acción tan normal como el caminar, al realizarse en la danza de una forma establecida, en círculos o en un ritmo concreto y dentro de una situación específica.